miércoles, 2 de septiembre de 2009

La 33

LA-33 (2004)




Mauricio Cano, el legendario ingeniero de los estudios Audiovisión en Bogotá, no salía de su asombro al ver que los músicos que pretendían grabar un disco de salsa más parecían los integrantes de una banda de rock. Y no estaba tan equivocado. Provenientes de las frías calles bogotanas, estos jóvenes se habían curtido en bandas de ska, punk, rock y jazz, géneros que en últimas, además de la esquizofrenia capitalina, forjaron un estilo único que hoy, luego de seis años de duro trabajo, suena lejos, muy lejos de las fronteras del barrio Teusaquillo.

Aquel septiembre de 2004, luego de más de 60 horas de grabación y mezcla, Mauricio Cano y La 33 no se imaginaron nunca que ese disco se convertiría en un paradigma de las nuevas generaciones salseras que han visto allí una renovación al sonido trasnochado que imperó en los ochenta y los noventa.
Con un repertorio grabado en bloque, tal cual lo interpretaron vigorosamente durante casi un año en la tarima del bar Quiebracanto, La 33 incluyó en su disco homónimo tres poderosos sencillos que aun hoy, después de cuatro años, siguen hoy, después de cuatro años, siguen pegando duro tanto en las emisoras comerciales como en las culturales. “La pantera mambo”, frenética versión del clásico de Henry Mancini, es uno de ellos; le siguen “Anny´s boogaloo” y “Soledad”, cortes rumberos que contrastan con la guajira “Manuela”, y otros más jazzeros como “Suelta el bongó” “La película” y “La vida se pasa a mil”.

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